lunes, 9 de julio de 2012

El éxito con las mujeres




Hoy era el primer día en la vida de Ernestito Follarín, se había hecho su primera paja y el resultado sorprendente resultó muy satisfactorio, además comprobó que las niñas le gustaban y cuanto más le gustaban y pensaba en ellas más fundamento tenían sus manipulaciones y más le gustaba hacerlas. Verdaderamente hoy Ernestito Follarín había nacido a la vida.

Nota: Que fuese el día en que se hizo la primera no quiere decir que fuese la única, recordemos que se ha dicho que el asunto le gustó.

Salió de su casa dispuesto a compartir con el mundo su descubrimiento. Iba saltando alegre y distraído, sin notar que se estaba tocando la colita desde dentro de los bolsillos.

Nota: Santa inocencia, ¡como es la juventud!

Al llegar al comienzo del bosquecillo se encontró con una niña todita vestida de negro y con un pañuelo en la cabeza. Ernestito, encantado de la vida, se presentó.

- Hola, soy Ernestito Follarín. ¿Cómo te llamas tú?
- Eres muy descarado. Yo me llamo Julita Púdica.
- ¡Que nombre más bonito! ¿Me enseñas las bragas Julita?
- No me lo puedo creer. Tú no estás bien de la cabeza.

Durante largo rato la niña le explicó a Ernestito las ventajas de la vida recatada, y de no ir enseñándole las bragas al primero que pasa. Al acabar la charla Ernestito quedó muy contento con su nueva amiga y se citaron para otro momento. El niño prosiguió con su paseo notando que Julita le había puesto muy dura la colita. Paró un momento al borde del sendero y vació nuevamente su interior, sorprendido de lo rápido que se rellenaba. Pero si dejar escapar el liquido era tan satisfactorio no le importaba lo más mínimo, él estaría pendiente de no rebosar.

Continuó caminando y llegó al borde de un lago donde se encontró a una niña tomando el sol desnuda. Ernestito, encantado de la vida como continuaba estando, se presentó.

- Hola, soy Ernestito Follarín. ¿Cómo te llamas tú?
- Hola “pringao”. Soy Elenita Núdica.
- ¡Que nombre más bonito! ¿Me enseñas las bragas Elenita?
- Tú eres tonto chaval.

Tuvieron una larga conversación en la que Elenita le explicó a Ernestito lo absurdo que era llevar ropa, y como suponía un rasgo de libertad no tener que usarla y no avergonzarse del propio cuerpo. Ernestíto se maravilló de los argumentos de la niña, y quedó con ella para ampliar conocimientos sobre esta maravillosa forma de vida con tan poco gasto en tela. Pero mientras Elenita le contaba esas cosas se le había puesto la colita muy dura y tuvo que soltar la espita otra vez detrás de un matorral.

Se adentró en el bosquecillo y tropezó con otra niña recostada contra un árbol. Hoy era el autentico primer día de su vida, y seguía encantado con ella, tan educado como hemos visto que es este muchacho Ernestito se presentó.

- Hola, soy Ernestito Follarín. ¿Cómo te llamas tú?
- Hola chato, me llamo Susanita Pútica.
- ¿Qué nombre más bonito! ¿Me enseñas las bragas Susanita?
- Mira “espabilao” yo no llevo bragas.

Charlaron y charlaron, y Susanita le explicó las ventajas de no aplicar las normas morales de los demás y de someterse únicamente al buen juicio propio. Todo esto le pareció maravilloso a Ernestito y le pidió a Susanita que quedasen en otro momento para continuar con la conversación. Retomó el camino a casa y en la primera roca grande que lo ocultaba del sendero Ernestito, con una habilidad increíble para su corta edad, se alivió a una mano la hinchazón que había vuelto a producirse mientras estaba con Susanita.

Aligeró el paso por que se le iba a pasar la hora de su bocadillo de Nocilla y hay cosas que son sagradas.

Ernestito volvió a ver a sus amigas e hizo nuevas amigas, con el paso del tiempo se convirtió en Don Ernesto y siempre hizo honor a su apellido, siendo admirado en el arte de la seducción por sus coetáneos. Cuando cualquiera le preguntaba como era posible que tuviese tanto éxito con las mujeres, Don Ernesto contestaba:

- Son cosas que se aprenden el primer día de tu vida.

Don Ernesto exageraba, por que muchos muchachos nunca aprenden estas cosas ni en el último día de sus vidas, por este motivo hemos creído aconsejable mostrar por fin al mundo el primer día de vida de este hombre ejemplar.

Y que cada cual saque sus conclusiones.

Nota: Todos los niños de este cuento han sido representados por actores adultos y en ningún momento se ha hecho daño o maltratado a ningún animal.